Monday, December 11, 2006

Recordando los nombres





En silencio.


Café Sloboda. Café Libertad.
Quién quiere mirar a los ojos del horror.
Quién quiere mirar a los ojos del coraje.




Con los colores de la bandera yugoslava al cuello.



Hoy fue especial, el silencio, una vez más, y un mayor número de personas, eran hoy también protesta simbólica contra la condecoración, el día 4, del batallón holandés que "protegió" y después "entregó" Srebrenica. Ni un solo visado fue concedido para esos días a Holanda, temiendo a quienes viajaran para unirse a las protestas. La protesta de quienes ya viven en Holanda, refugiados e inmigrantes, fue abucheada y denostada. Hubo quien les escupió.

El gobierno holandés en pleno dimitió en 2002 tras publicarse un informe oficial que apuntó a la responsabilidad política de haber enviado tropas a una misión imposible, sin medios ni mandato suficiente.
Desde lo ocurrido en Srebrenica (responsabilidad de la "Comunidad Internacional" en pleno, y no tanto de los soldados y políticos holandeses de forma aislada), el gobierno holandés es uno de los más implicados en el desarrollo de proyectos de todo tipo en el país. El peso de la culpa (del país, del gobierno) es tremendo, y la aceptación y reconocimiento, algo insólito.
El nivel de trauma en los soldados que participaron en la misión es mucho más elevado de lo ya de por sí normal en situaciones bélicas de ese tipo. Se lleva ya tiempo preparando el terreno, a iniciativa de algunos de esos soldados, para una visita que les permita enfrentarse a sus fantasmas, en la forma de los ojos y las palabras de quienes sobrevivieron a aquéllo, perdiendo a tantos por el camino. Pero todavía parece imposible, aunque algunos lo hayan hecho ya de forma personal e independiente.
Ahora bien, ¿quién puede no entender la rabia de estas personas cuando condecoran como héroes a aquéllos en quienes tenían depositada su esperanza y acabaron entregándoles a las manos de los carniceros?

5 comments:

Imogen said...

Hoy en La vanguardia, leí una entrevista de una de las supervivientes de lo que hoy nos cuentas. Nada más leer el nombre de la ciudad me acordé de ti, y mira, leyendo la entrevista aun me acordé más porque esta mujer, cuyo marido fue asesinado en la masacre, acabó en Tuzla para salvar su vida.
La verdad es que es escalofriante lo que pasó y los estigmas siguen perdurando...

No se puede acceder a la entrevista salvo que seas suscriptor del diario, pero yo lo soy. Si te interesa leerla te la mando al mail ;)

k. said...

Por supuestísimo, peque(ña) suscriptora :P
Y muchas gracias por acordarte :)

Anonymous said...

Cuanto más leo, me informo, busco y rebusco, más me doy cuenta de lo poco que sé realmente sobre el conflicto y las situaciones que han vivido ( y repercuisones que siguen viviendo ). Y lo peor es que no creo que sea yo sola, sino que ocurre a nivel generalizado.

Y eso me llena de vergüenza, y no precisamente de la ajena :S :S

k. said...

¿Vergüenza? Tú lees, te informas, buscas y rebuscas.

Así funciona. Te interesas, te sensibilizas, te informas, empiezas por cualquiera de ellas y acabas con todas juntas. Hay quien no pasa del primero. Y hay quien no llega nunca.

Anonymous said...

Lo mínimo que pueden sentir las fuerzas internacionales es vergüenza. A ver si para combatir ese sentimiento ayudan a que la situación de esta gente mejore, más vale tarde que nunca.

Yo también soy consciente de que realmente no tengo ni idea de lo que ha pasado y sigue pasando. Ni en este conflicto ni en muchos otros.

La última foto parecía sacada de la peli "Los pájaros" de Hitchcock.