Un día de sorpresas

Ya está aquí. Más rápido y contundente de lo que pensaba. Estreno el 1 de marzo, recibimiento multitudinario (en medios) en el aeropuerto de Sarajevo, una mirada atrás con la mirada puesta en el futuro. "Espero que esto anime al resto de jóvenes de este país..."

Además, falsa alarma sobre la detención de Mladic. Primero se dijo que había sido detenido en los alrededores de Tuzla. Luego que en Belgrado y se le conducía a Tuzla para el salto a La Haya. Humo. De momento.

Y la tercera del día... mientras había todo ese ajetreo... yo ajena a todo, esperando en una "parada" de autobús, resguardada bajo el paraguas, pacientemente, nada ni nadie a la vista, como perdida en medio de la nada... se aproxima un coche desvencijado (uno más) y se detiene a unos pasos... es una familia roma (gitana) pero del coche se bajan... dos policías de gorra y uniforme... Mientras se bajan, los unos y los otros no se ven las caras. Los policías se ríen mirándose. Dentro del coche todavía se ríen más, sin tener siquiera que mirarse... El coche da media vuelta y se va por donde ha venido llevándose las risas con él. Los policías pasan por delante y me miran de refilón con la sonrisilla todavía, como diciendo: "Aquí no ha pasado nada, ¿eh?"

Lo que se mueve, lo que permanece

Las cosas muertas se degradan. Las cosas vivas se regeneran, se transforman, se mantienen.

Las cosas que cambian a ojos vista.
¿Recordais el sitio que os recomendé (y que sigue a vuestra disposición por unos 10-15 euros)? No está irreconocible, pero desde luego ha mejorado... mano nueva de pintura, reparaciones, y... conviviendo con una galería de arte...
¿El edificio del parlamento? Esto sí que me sorprendió. Están preparando su restauración. Por cierto, en el cartel teneis la indicación de cómo llegar a Grbavica (deseando estoy poder ver la película... por cierto, Remake también arranca en Grbavica)



Y por supuesto las cosas que permanecen a ojos vista... las dos fotos de arriba son de septiembre (la primera es la estación de autobuses), ésta de aquí abajo, de esta semana...
Las olimpiadas de invierno de Turín copan buena parte de la parrilla televisiva, y con ellas, siempre muy presentes, las de Sarajevo. Presentan siempre unidos los dos símbolos, a las dos mascotas jugando, los nombres de las dos ciudades uno junto al otro...
Fue una de las cosas que más me impresionó la primera vez en Sarajevo... por toda la ciudad encuentras el símbolo de aquellas olimpiadas del 84, y con muchísima frecuencia aflora en la conversación, de pasada, como referencia o como tema de conversación. Uno de esos referentes vivos, naturalizados. La organización y el éxito de aquellos juegos significó mucho para el país y para la ciudad, al estilo de Barcelona'92. Y hoy significan todavía mucho más.

Durante muchos años (hasta el año pasado) este emblema en la calle Ferhadija convivió con los "rosetones", las huellas con forma de flor desparramada dejadas por los morteros, pintadas de rojo para que no pasaran desapercibidas. La primera vez que las vi, por unos segundos, pensé que eran una simple decoración, de lo más bonita y original...

Y esto de aquí abajo, es otro resistente... nuestros amigos de la acampada... ahí siguen. Al pie del Parlamento en proceso de reconstrucción. Por fin me he enterado de lo que piden. A ver si a alguien le suena. Protección y ayudas para los productos agrícolas nacionales...

Volver...

...lo más parecido a una segunda (o tercera) oportunidad. Aunque nunca vuelves al mismo lugar.

Sarajevo bajo la nieve es distinta, pero sigue siendo la misma. Es la misma de hace unos meses, pero distinta. ¿O serán mis ojos? Sea como sea, aprovecho para cerrar cuentas pendientes y promesas hechas por aquí.

Primera misón urgente. Os invito al paseíto que os debía por Baščaršija. Entrando desde Ferhadija, un paso más allá, te adentras en ese otro mundo. Uno que habla del pasado, de los siglos lentos, de la vida a ras de piedra y de madera. De lo que fueron y de lo que fuimos.

Las fuentes te reciben en cada esquina, junto a las mezquitas. En invierno con témpanos, pero el agua no deja de correr.
El colorido del verano, con las puertas abiertas, con tenderetes y muestras a la entrada de las tiendas, se deja vencer por el blanco y el azul del invierno.
Las cúpulas fueron antes que el paraguas, por si a alguien le entra la duda... :)
Arte, tradición, diseño, baratijas. Desde souvenirs a zapatos de diseño exclusivo, pasando por las mayores rarezas y obviedades de la literatura islámica. Todo cabe.
Dos promesas a medio cumplir.
Esto de aquí abajo es Morića Han. Os conté la historia, pero no os lo había podido enseñar. Íbamos con prisa y esperaban por mí, así que sólo pude hacer una foto desde fuera.
Y la Biblioteca. No hubo tiempo de acercarse y ver cómo llevan las obras. Y eso que estaba lo primero en la agenda...

nos vamos de excursión...

Ayer en Sarajevo...

¿Qué les pasará?

El pobre perro que nos había ladrado al bajar del autobús...
había acosado a media estación y ahora se dirigía a por sus nuevas víctimas...

¿Y qué se hace ante el peligro? ¡Juntarse mucho!
Menos mal que siempre hay un héroe que espanta a la bestia...
Acabo de tener un déjà vu con Bale en el Imperio del Fuego... eh, Mama ;)

¡Corre, corre!

Qué peligrosa es la vida en la ciudad...
menos mal que nosotros confiamos en la seño sin pestañear...

Lo escrito

Hoy toca secuencia de fotos sin relación aparente. Para mí tienen mucho sentido, qué le vamos a hacer.

Un día y un rincón para sentirse muy viva, y extasiada de estarlo...

Esquelas anunciando ese goteo de gente que se nos va, que ya no está.
Encima de un cartel de "Se compra" ("Kupujemo").

Hamlet.

Y Papá Noel, digo... el cartero...

Esto parecerá una repetición de la foto de arriba, pero no lo es.

Otra esquela colocada sobre un cartel de "Se compra".

Y junto a otro de "Se vende". Un piso, en este caso. No conozco la calle, pero tiene agua "non-stop", así que aviso, por si os interesa, de que es muy buena oferta (hasta ahora sólo sabía de alguien que tenía el privilegio de tener agua tooodo el día: mi edificio... más concretamente, mi planta del edificio... :P)

PD: para no perder el tiempo haciendo de intermediaria, sólo teneis que quitar el cero y marcar el +387 delante... tentador, ¿eh? el precio está pendiente de negociar ;)

El motor, el corazón

Si algo caracteriza a Tuzla, además del carácter abierto y tolerante, es que es una mina. Rica en minerales y, sobre todo, rica en sal. Abastecedora de Yugoslavia y ahora de Bosnia. Alrededor de esa riqueza se asentó un sector industrial considerable. La planta energética se mantiene como motor de la economía, y como marca inconfundible del paisaje de Tuzla. Las torres refrigeradoras (y el cartel de Benetton...) te reciben por la parte sur, en la carretera de Sarajevo.


Ese motor económico amenazó y amenaza con tragarse la ciudad. Esto de aquí abajo era un terreno en pendiente (ascendente) hace 20 años. La explotación salina ha mellado el subsuelo de la ciudad y se ha venido hundiendo a un ritmo vertiginoso, mucho mayor que los de Pisa o Venecia. Una parte entera de la ciudad tuvo que ser trasladada. En otras partes se intentan dispositivos la mar de ingeniosos. Pero lo mejor de todo es este lago salado artificial (todo el suelo está cubierto de una lona artificial, cubierta a su vez de piedritas), que tiene apenas unos años y que es una auténtica maravilla. De por sí, y por lo que obró con la gente de sus orillas. Cuando nadie creía que nada fuera posible, se obró un milagro que poco tiene que ver con las utilidades y el beneficio económico.

Línea900. "La nueva vida de Mirsada"

"Hace catorce años Línea 900 mostró la historia de Mirsada y su familia que llegaban a Cornudella del Montsant, Tarragona huyendo de la guerra de Bosnia. Han pasado los años, y la familia de Mirsada se ha establecido en Reus.

Ahora, Línea 900 hace el camino inverso y acompaña a Mirsada que, por primera vez después de tantos años, regresa a Bosnia. El objetivo de Mirsada es saber qué sucedió con su marido Samir, uno de los primeros desaparecidos en este conflicto. Quiere conocer la sede que la ICMP, la Comisión Internacional de las Personas Desaparecidas tiene en Sanski Most, y comprobar si su marido está entre las personas identificadas.

A su regreso Mirsada reflexiona que ahora su país es el lugar donde esta su familia y la gente que la quiere. A ella le ha tocado vivir y debe hacerlo sobreponiéndose a las desgracias sufridas por el bien de sus hijos."