Thursday, September 08, 2005

99 red balloons, y el nuestro (blanco) o cómo Amélie ha llegado a influir en nuestras vidas...

Érase un globito que apareció en nuestras vidas allá por principios de junio, cuando Gabor estuvo a punto de lanzarse desde el tejado de Lina para impedir que volara y se perdiera en el infinito...
Fue duro para él sobrevivir a la fiesta, pasando de mano en mano y luchando contra las corrientes de aire venidas del Atlántico...
Pero aún más duro fue sobrevivir dos meses en el desastre de habitación de la que suscribe... eso sí, en completa libertad...

Tuvo que sobreponerse al intento fallido de viajar a NY y L.A. con Gabor y Judit... Nos olvidamos de él en los momentos clave. Le afectó mucho.
Pero intentamos compensarlo... y salió ganando. Pasó a ser custodiado en el Downtown y en la Chocolate Works por unos días... Allí se sintió realmente feliz.
...Pero no podía sentirse realizado hasta cumplir su misión final. Viajar hasta Camboya y enviarnos una postal con su hazaña, meternos un poco de envidia y hacernos sentir que un pelín de nosotros (por lo menos el aire de los pulmones de Lina, que innegablemente lleva dentro) ha pisado allí tan lejos...

3 comments:

Ángel said...

hmm...
me estaré volviendo un viejo prematuro y sentimentaloide?
o sera que la historia y su simbolismo es realmente bonita?
porque despues de la aventura americana,si una parte de todos vosotros ha llegado hastra camboya,entonces vosotros podreis llegar hasta donde querais...
con globo o sin el

k. said...

vaya. Me alegro de haber sacado al sentimentaloide ése de debajo de las arrugas, no hay duda.

Anonymous said...

Clementine, luego me tienes que explicar como consigues escribir y expresar algo tan bonito de una cosa que, a priori, puede parece tan simple como un globo......

si es que la que puede, puede...y si aún encima sabe como hacerlo, ni te cuento ;-)

.....y qué chulada el Museo Nacional de Camboya...