

Y otra vez, el sinsentido.





1.937 enterrados. 505 que se unen. Alrededor de 5.000 que todavía esperan. Y un hermano, un padre, una esposa, un hijo, que también esperan.



No olvidamos. Never forget.
Y los otros cientos de miles, los que no cayeron en Srebrenica y no se llevan los focos ni la atención de nadie. Tampoco en Srebrenica hubo una gran representación de autoridades este año. La vergüenza y el desinterés se alargan como una sombra también en un día de sol como éste, un día del mes de julio. Un día como tantos otros.
Se me pasó decirlo. Las fotos son de Alis, mi intérprete infatigable. Yo no pude estar allí, porque estaba precisamente en una de esas celebraciones de las que hablaba, en España.