Y para allá que volví a principios de julio, aunque sólo para unos pocos días. La pena es que puede que fuera la última reunión que se organiza. Pero siempre nos quedará París... Ah, no, que eso es otra historia.

Pero para todo hubo solución ;)


Cenitas, casitas que visitar, cantidad de gente que conocer, mucho, mucho para hablar.


A todo esto, esta casita en particular merece una pequeña parada. Sí, en la primera foto estamos haciendo cola para saludar a la anfitriona (!), de uno en uno y con la mejor sonrisa puesta :Đ Y la segunda foto, bueno, sólo es una excusa para decir que por fin encontré un buen esbozo de lo que sería mi casa ideal... :Đ

No estuvieron Leyre, ni Gabor, Andrew, Holly, Ian, Stephan o Lina. Pero el resto sí, y estaba Serena, y Rebecca, y Tom, y Eugene, Dayo, Mike... Y unos cuantos de promociones anteriores que fue un gustazo conocer. Cuatro días impagables.

Pero no hubo sólo trabajo, cenas y White Dog. También hubo teatro. Y una charla con el director, el productor y los actores. Además de tener un nivel enorme, resultó especial porque trataba la historia de un refugiado, uno de los Niños Perdidos de Sudán, recién llegado a EEUU desde el campo de refugiados de Kakuma, en Kenya. Rebecca, de la que os hablé el año pasado, ha trabajado tres años en ese mismo campo. Fue algo extraño. Y emotivo. Sobre todo para ella.
Rebecca acaba de volver a Reino Unido. Y Maria (también os la presenté) lleva varios meses ya en Beirut como profesora. Ahora está colaborando con un fondo de ayuda a los refugiados del sur con la Universidad en la que trabaja, la Universidad Americana en Beirut. Si a alguien le interesa contribuir, sólo teneis que decírmelo.